Ramón Bragaña
Ixtepec, Oax.- Su cuerpo viajó durante 4 horas desde Guanajuato hasta la Base Aérea Militar número 2 de Ixtepec, donde Tomasa Hernández Morales esposa del Teniente de Infantería Carlos Anastasio Juan y sus tres hijas esperaban el ataúd.
Poco después de las 20:00 horas de este domingo el cortejo fúnebre llegó a la pequeña vivienda localizada en la calle “Laguna Encantada” del barrio “Picacho” en el municipio de Ixtepec en el Istmo de Tehuantepec, de donde era originario.

Hace apenas una semana Carlos visitó un par de días a su esposa e hijas, en esa ocasión las risas y los abrazos mostraban la alegría por tenerlo de vuelta en casa, esta vez con llanto en el rostro de su esposa y familiares fue recibido.
Tomasa Hernández Morales narra como Carlos las visitó después de haber participado en la detención de un grupo criminal en Guanajuato.
“Yo le dije que ya dejara de andar en esos operativos, pero él amaba más a su trabajo que a su familia, siempre fue así, a nosotras siempre nos dejaba al cuidado de su papá, quien era el que nos cuidaba acá”, refirió

Carlos Anastasio Juan llevaba 20 años de servicio en el Ejército Mexicano, durante ese tiempo alcanzó el rango de Teniente de Infantería, rango que lo llevó a enlistarse en la Guardia Nacional y ser el responsable de la unidad que participó en el enfrentamiento que se registró en la comunidad de Loma de Zempoala, municipio de Yuriria en el Estado de Guanajuato, donde perdiera la vida, convirtiéndose en el primer integrante de la Guardia Nacional en caer en el cumplimento de su deber.
Hoy un ataúd cubierto con la bandera de México guardan los restos de Carlos, mientras sus familiares y amigos piden que se cumpla la ley y que no dejen libres a los responsables de la muerte de Carlos, quien a decir por sus familiares, perdió la vida por proteger a personas que no conocía, pero que como soldado tenía que cumplir con su deber.