Ramón Bragaña
Juchitán, Oax.- Originario de Maravatio en Michoacan, Juan Mendoza de 43 años, viaja junto con 18 compañeros que no tienen más motivación que pedir protección y sanción para sus familiares o algún enfermo de la familia.
A mas de mil 600 kilómetros de la puerta de su casa, hoy su rostro luce diferente, el sol y las jornadas de más de 12 horas de andar bajo los rayos del sol, comienzan a cambiar su fisonomía.
A su paso por el Istmo de Tehuantepec, sabe que su meta está a menos de 500 kilómetros, sin importar las fuertes rachas de viento que les espera a su paso por La Ventosa, Juan tiene hoy más fuerte su fe, como nunca antes la había sentido.
“Yo vengo en esta peregrinación para pedir salud y armonía para mi familia, tengo dos niñas de cuatro y seis años y mi esposa que se quedaron en casa, por ellas he aguantado todo, lluvia, sol, vientos y llagas en los pies, vengo caminando por amor a mi virgencita”, refirió
Una pequeña van vigila los pasos de este grupo de peregrinos, que después de mes y medio de viaje, hoy sus pies cuentan las marcas de este esfuerzo.
“Mis pies ya no los siento, el calor de la carretera y la alta temperatura, han hecho de mis plantas del pies un suela, ahora camino más relajado”, comentó
En los últimos días se han visto decenas de peregrinaciones por las carreteras de la región istmeña de Oaxaca, dejando por lo menos 20 incendios de pastizales, situación provocada por las antorchas con las que caminan o corren los peregrinos a la orilla de la carretera, por lo que las autoridades piden a los peregrinos, tener el cuidado de no tirar las antorchas en pastizales.
